"Viagra de la Huerta"
Más allá de los ancestrales usos amatorios que ciertas sociedades rurales han dado a la sandía, se le ha descubierto a esta cucurbitácea, no tan humilde como la calabaza y sí mucho más agradecida, una propiedad que puede encumbrarla a los altares del consumo masivo. Enhorabuena a los agricultores que la cultivan, porque la sandía contiene determinadas sustancias fitonutrientes capaces de obrar el mismo milagro que produce la viagra entre quienes padecen de disfunción eréctil. No se medique con pastillas azules concebidas en laboratorios, coma sandía engordada en algún surco nutricio de la madre tierra.
El caso es que un equipo de científicos y técnicos agrícolas de la Universidad A&M de Texas (EE.UU.) han descubierto que la sandía es rica en una sustancia denominada citrulina, un potente dilatador y relajador de los vasos sanguíneos. Es decir, la misma función que lleva a cabo el sildenafil, o por mejor decir, el citrato de sildenafil, el compuesto UK-92,480 sintetizado hace poco más de una década por investigadores de la farmacéutica Pfizer y comercializado después bajo el nombre de viagra. Otras drogas que operan el mismo mecanismo son el tadalafil, comercializado como cialis; o el vardenafil, que se vende como levitra. Todos ellos son hijos de una probeta y todos tienen sus efectos adversos.
Según un estudio de la Universidad A&M de Texas, esta deliciosa fruta, la sandía, contiene elementos similares a los del famoso medicamento, viagra, y su consumo puede aumentar la líbido y la capacidad amatoria de una persona.
El director del Centro de Mejora de Frutas y Vegetales de la Universidad A&M, Bhimu Patil, afirma que “cuanto más estudiamos las sandías, más nos convencemos de lo asombrosa que es la fruta al proporcionar elementos de fortalecimiento al cuerpo humano”.
Según los científicos, las claves de los beneficios agregados del consumo de sandía están en su contenido de citrulina, una sustancia que tiene la capacidad de producir un relajamiento de los vasos capilares.
Además, al ser convertida esa sustancia en un aminoácido llamado arginina, produce efectos beneficiosos en el corazón, en el sistema circulatorio y beneficia el sistema inmunológico.
“Es posible que la sandía no sea tan específica en cuanto a su uso como el Viagra, pero es una buena forma de dilatar los vasos sanguíneos sin producir efectos secundarios”, indica Patil.
Existe un problema, sin embargo. Las mayores concentraciones de citrulina están en la parte blanca de la sandía, aquella que generalmente no se consume. Por lo que el siguiente paso para los investigadores de esta universidad es trabajar con nuevas variedades de sandías en las que las mayores concentraciones de esa sustancia estén en su jugosa y roja carne, no en la cáscara.
El director del Centro de Mejora de Frutas y Vegetales de la Universidad A&M, Bhimu Patil, afirma que “cuanto más estudiamos las sandías, más nos convencemos de lo asombrosa que es la fruta al proporcionar elementos de fortalecimiento al cuerpo humano”.
Según los científicos, las claves de los beneficios agregados del consumo de sandía están en su contenido de citrulina, una sustancia que tiene la capacidad de producir un relajamiento de los vasos capilares.
Además, al ser convertida esa sustancia en un aminoácido llamado arginina, produce efectos beneficiosos en el corazón, en el sistema circulatorio y beneficia el sistema inmunológico.
“Es posible que la sandía no sea tan específica en cuanto a su uso como el Viagra, pero es una buena forma de dilatar los vasos sanguíneos sin producir efectos secundarios”, indica Patil.
Existe un problema, sin embargo. Las mayores concentraciones de citrulina están en la parte blanca de la sandía, aquella que generalmente no se consume. Por lo que el siguiente paso para los investigadores de esta universidad es trabajar con nuevas variedades de sandías en las que las mayores concentraciones de esa sustancia estén en su jugosa y roja carne, no en la cáscara.
1 comentario:
Será tenido en cuenta "ad futurus" que uno, de momento, mal que bien, va funcionando... jeje Besotes.
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